¡Entregas sin impedimentos por la epidemia! Los 26 camiones cargados de sistemas solares térmicos del Grupo SOLETKS demuestran responsabilidad corporativa y unidad entre los empleados.

Noviembre, entre finales de otoño y principios de invierno, suele ser un período crucial para que las empresas alcancen rápidamente sus objetivos anuales. Sin embargo, una epidemia repentina frenó la producción y las operaciones de muchas empresas. No obstante, dentro del parque industrial del Grupo SOLETKS, reinaba un ambiente de tensión y orden. En la madrugada del 2 de noviembre, acompañado por el rugido constante del motor, un camión cargado con colectores solares planos de gran tamaño EFPC salió lentamente del parque y se dirigió a las instalaciones del cliente. Este no fue un caso aislado durante la epidemia. Desde el brote el 28 de octubre, este ha sido el vigésimo camión de sistemas solares térmicos despachado por el Grupo SOLETKS. Detrás de las cifras de entrega, que siguen aumentando, se encuentra no solo la sólida capacidad del grupo para garantizar entregas puntuales en medio de las dificultades, sino también la firme solidaridad de todos los empleados de SOLETKS para combatir la epidemia y superar juntos las dificultades.

"Las epidemias son despiadadas, pero la gente es compasiva": este dicho se ha interpretado con gran claridad en el Grupo SOLETKS durante esta batalla sin humo contra la epidemia. Cuando se hizo un llamado a la prevención y el control de la epidemia, para minimizar el impacto en la producción y las operaciones y garantizar la entrega puntual de los pedidos de los clientes, los empleados del Grupo SOLETKS tomaron la iniciativa de ofrecerse como voluntarios para quedarse en la empresa. Ya fueran operarios de producción de primera línea operando maquinaria o personal administrativo y logístico que apoyaba discretamente los servicios administrativos para garantizar la operación de la empresa, todos trabajaron con un objetivo común y tomaron medidas prácticas para cumplir con el compromiso de "el cliente es lo primero". Para el 2 de noviembre, la empresa había completado la entrega de 26 camiones de sistemas solares térmicos en total. Estas órdenes de entrega y cifras no son simples estadísticas de logros de producción; son un testimonio de la tenacidad de todo el personal de SOLETKS, que "encuentra soluciones ante las dificultades y nunca se rinde ante ellas", y una viva representación de la cultura fundamental de la empresa: "la calidad es lo primero, el cliente es lo primero".

Recordando la tarde del 27 de octubre, cuando la situación de prevención y control de la epidemia se endureció repentinamente, la empresa se vio obligada a ajustar temporalmente su ritmo de producción de acuerdo con la normativa vigente. Tras la notificación de suspensión, un gran número de empleados tomó la iniciativa de reunirse con la dirección para expresar su disposición a quedarse en la empresa. "Los pedidos de los clientes no pueden esperar. Cuanto más nos quedemos, más seguras serán las entregas", declaró un empleado. Otro añadió: "Mi casa está lejos de la empresa y no me conviene volver ahora. Es mejor quedarse en la fábrica y ayudar con el trabajo". Estas sencillas palabras estaban cargadas de responsabilidad laboral y de pertenencia a la empresa. Así, muchos empleados hicieron sus maletas, se mudaron a los dormitorios de la empresa y comenzaron una producción a puerta cerrada, viviendo "la fábrica como su hogar".

Durante el período de cierre de producción, los desafíos se sucedieron. El suministro de materia prima fue el principal obstáculo para garantizar la producción. Afectados por la epidemia, algunos vehículos de transporte de los proveedores no pudieron salir de la carretera sin problemas, lo que impidió que las materias primas llegaran a la fábrica a tiempo. Ante este problema, los empleados del Grupo SOLETKS no se acobardaron. Para garantizar que las materias primas pudieran entrar en la fábrica a tiempo, tomaron la iniciativa de formar un "equipo de recepción de mercancías" y se dirigieron al peaje de la autopista para recoger la mercancía, cumpliendo estrictamente con las normas de prevención de epidemias y tomando medidas de protección personal. Desde la comprobación de la lista de mercancías y el recuento de la cantidad hasta la cuidadosa carga, descarga y transporte de la mercancía al almacén de la fábrica, cada paso fue gestionado meticulosamente por el equipo. Aunque el viento frío de finales de otoño era cortante, no mermó su entusiasmo en absoluto. Sus trajes de protección estaban empapados de sudor y sus manos estaban enrojecidas por la mercancía, pero nadie se quejó. Porque todos tenían un único pensamiento en mente: "Cuanto antes transportemos las materias primas, antes podrá ponerse en marcha la línea de producción y antes podrán entregarse los pedidos de los clientes".

Tras la llegada fluida de las materias primas, la presión sobre la producción se intensificó. Para compensar el retraso, los empleados de primera línea trabajaron horas extra y se esforzaron al máximo para acelerar la producción. En el taller, las máquinas y los equipos funcionaban a alta velocidad, y los empleados operaban con destreza diversos instrumentos. Desde el ensamblaje de los componentes principales de los grandes colectores de placa plana de EFPC hasta la inspección de calidad de los productos terminados, cada proceso se llevó a cabo en estricta conformidad con las normas. Como dice el refrán, "El Monte Tai no rechaza la tierra pequeña, por lo que puede alcanzar su máximo esplendor; los ríos y los mares no rechazan los arroyos pequeños, por lo que pueden alcanzar su profundidad". En SOLETKS somos conscientes de que la calidad del producto es fundamental para una empresa. Solo buscando la perfección en cada detalle podemos ganarnos la confianza de los clientes. En el proceso de producción, la calidad del producto era un objetivo casi estricto: incluso una pequeña desviación en una pieza obligaba a detener la línea de producción inmediatamente para su ajuste. Es precisamente con esta dedicación a la búsqueda de la excelencia en la calidad que el Grupo SOLETKS tiene la confianza de hacer un compromiso solemne con los clientes de "5 años de garantía del producto", y este compromiso surge del rigor y la perseverancia de cada empleado en cada proceso de producción.

Además de los empleados de producción de primera línea, el personal de servicios administrativos también contribuyó discretamente. El personal administrativo tomó la iniciativa de encargarse de la gestión de los dormitorios y la asignación de materiales de prevención de epidemias. Desinfectaron regularmente a diario las zonas comunes, como dormitorios, comedores y talleres, y tomaron la temperatura corporal de los empleados para garantizar la seguridad y el orden en la vida de todos. El personal de logística, por su parte, intentó mejorar la alimentación de los empleados, garantizando que todos tuvieran comida caliente, nutritiva y deliciosa durante el cierre, haciéndoles sentir la calidez de un hogar. Este ambiente positivo de "unión y trabajo en equipo" permitió al Grupo SOLETKS no solo mantener la producción en marcha durante la prueba de la epidemia, sino también lograr un éxito de entregas tras otro.

Ahora, con el envío sin contratiempos del vigésimo camión de colectores planos de gran tamaño EFPC, las tareas de producción y entrega del Grupo SOLETKS durante la epidemia siguen avanzando de forma ordenada. Estos productos, cargados de responsabilidad y esperanza, no solo llevan los sistemas solares térmicos que tanto necesitan los clientes, sino que también transmiten la indomable fortaleza espiritual del equipo de SOLETKS ante las dificultades. En el futuro, independientemente de los desafíos que se presenten, el Grupo SOLETKS siempre defenderá el principio de "la calidad ante todo, el cliente ante todo", guiará a todos los empleados para que avancen con firmeza en la satisfacción de las necesidades de los clientes y promuevan el desarrollo empresarial con una fe más firme y acciones más prácticas, y escribirá un capítulo maravilloso para SOLETKS.